El planeta de la traducción es un mundo al cual se interesan muchísimas personas: estudiantes, profesores, traductores (profesionales y no) e incluso personas simplemente curiosas.
Cuando hablamos de traducción, en general, nos referimos a la trasposición de un mensaje de un idioma a otro. Podrìa aparecer como un pasaje fácil y simple de actuar, pero la verdad es que se trata de un trabajo que esconde numerosas dificultades.
Sin embargo, los traductores tienen a disponición muchas herramientas que pueden ayudarlos.
Gracias a éstas, el traductor no se encuentra sólo con sus propios conocimientos y con sus competencias.
Todo esto va a formar un enorme planeta, que a veces resulta poco conocido.

De allí la necesidad de...EXPLORAR EL PLANETA DE LA TRADUCCIÓN!

LA COMPETENCIA TRADUCTORA


La competencia traductora es la caractéristica principal que distingue el traductor de cualquier persona que habla más de un solo idioma. Pero ¿qué es una competencia?
En el 1965 Noam Chomsky hizo una dinstinción entre competencia y actuación lingüística entendiendo por competencia el conocimiento que cada persona tiene de su propia lengua y por actuación su uso concreto en la vida real. Desde esta definición se acuño otra definición, la de competencia comunicativa cuyo estudio ha sido por muchos años objeto de interés por muchos estudiosos lingüísticos como D. H. Hymes (el verdadero creator del término), M. Canale, L. Bachman y otros.
También la psicología, la pedagogía y la didáctica de lenguas se han ocupado mucho de este argumento.
A pesar de estos estudios, no hay una definición exacta de la competencia traductora y hoy en día hay confusión a propósito de su definición, de sus componentes y de la relación entre competencia y actuación.
Más precisamente esa competencia se empezó a estudiar sobre todo a partir de los años 80 pero nadie la definió de manera unívoca.
Por ejemplo Orozco escribió 4 definicciones distintas mientras que Bell, otro estudioso, la considera como el conjunto de conocimientos y habilidades que el traductor necesita para hacer una traduccion. Para él, el traductor necesita también de competencia lingüística en las lenguas con las cuales trabaja y de competencia comunicativa en las culturas correspondientes.
Hurtado Albir define la competencia traductora como “la habilidad de saber traducir”. Además el autor afirma que hay 5 subompetencias que la componen: la lingüística (conocimiento de las lenguas), la extralingüística (conocimiento cultural), la traslatoria (comprensión del texto original y traducción adecuada según las finalidades de composición originales), la profesional (uso de nuevas tecnologías de traducción) y la estratégica (resolución de problemas encontrados durante el proceso de traducción).
Para Nord, otra autora, los componentes de la competencia traductora son la competencia de transferencia, la competencia lingüística y la competencia cultural añadiendo sucesivamente otras 3 competencias más específicas.
Algunos autores no individuan l’existencia de una competencia traductora sino de una habilidad o destreza traductora. Lowe, por ejemplo, individua 8 destrezas que caracterizan el traductor mientras que Pym distingue 2. En cambio Hatim y Mason afirman que hay 3 fases distintas en el proceso de traducción y que cada una tiene sus destrezas.
De todos modos, al final todos los autores hacen más o menos las mismas consideraciones o sea que el traductor y la persona bilingüe no son el mismo sujeto y que la competencia traductora está formada por componentes distintos de niveles diferentes.
A partir de estas afirmaciones, el grupo PACTE de la Universidad Autónoma de Barcelona cree que la competencia traductora es el sistema subyacente de conocimientos, aptitudes y habilidades que el traductor necesita para poder traducir. Este grupo tiene como objetivo principal una investigación empirico-experimental sobre la competencia traductora y la adquisición de ésta en forma escrita.
Para llegar a tener una competencia traductora, según el grupo PACTE, una persona tiene que desarrollar todos los componentes de ésta en un proceso de adquisición.
Estos componentes pueden considerarse como 6 subcompetencias tal como la subcompetencia lingüística (conocimiento aprofundizado de los idiomas de interés en todos los sectores), la extralingüística (conocimiento del mundo en general y de las culturas de los paises donde se hablan las lenguas de interés), la de transferencia (comprensión de los textos originales y su exacta traducción según las finalidades y el estilo propio del autor original), la instrumental (conocimiento de todos los instrumentos necesarios para traducir), la psicofisiológica (conocimiento y dominio por parte del traductor de sus propias capacidades físicas y psicológicas), la estratégica (capacidad de resolver los problemas que surgen durante el proceso de traducción).
Según el grupo PACTE, la subcompetencias de transferencia y la estratégica son las más importantes.
Para llevar a cabo su trabajo de investigación, el grupo PACTE se sirve de traductores profesionales y bilingües que no suelen hacer trabajo de traducción y utiliza cuestionarios y distintas pruebas iguales para los dos.
Al final podemos admitir que, sin lugar a dudas, algunos bilingues, sobre todo de edad temprana, tienen una predisposición natural para traducir, pero esta habilidad natural no es suficiente para formar la competencia traductora porque, como ya hemos visto, se necesita de otras subcompetencias. No todo el mundo puede traducir, y, sobre todo, no todos los bilingües.

1 comentario:

  1. estimada:
    en la pág. 43 del libro "Enseñar a Traducir" de A.Hurtado Albir la competencia traductora está subdividida en 6 subcompetencias y no 5 como lo menciona el artículo de su autoría
    Cordialmente
    Ana FERREIRA

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